jueves, 20 de febrero de 2014





Las hojas de los árboles caen, se depositan en el suelo y esperan. ¿A qué esperan? A que pase el otoño, se cubran de la nieve del invierno y cojan un resfriado. Cuando haya pasado el invierno, esperaran a la primavera. Todos esos animales correteando. Mas tarde, llegará el verano. Cargado de calor y de niños. Niños que salen de sus aulas ansiosos de llegar a la playa. Cuando todo esto haya pasado, los alumnos esten en el colegio, la ropa de verano este en el armario del fondo y todo empiece a la normalidad, entonces vendrán mas hojas al suelo y podremos conversar de los altos arboles de los que procedemos.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Comienzo...



San Antonio y el mar. Mar de fondo, lejana y próxima. Horizontes por donde se fueron, por donde vuelven siempre a la memoria.
Azules de cielo y agua. Tenues o luminosos, días y noches.
Luces para regresar y no dejar suspiros y lágrimas en los rostros. Haces de luz salvadora en la inmensidad solitaria.
Espumas de olas rompientes, para que jueguen los niños: corriendo de ellas, corriendo hacia ellas...
Amanece, incendio en el cielo para iluminar los barcos, para que vuelvan.
Montañas en la lejanía para elevar el alma y soñar con la tierra tan cerca del mar.
Calma y sol. Reflejos de luz en el agua tranquila...
Galernas, mar furioso y rompiente. Deshaciendo rocas, arrastrando arena, empujando la tierra para ganarle la partida.
Alegría, sol, verano, juegos. Y agua, fría, saltarina, envolvente.
Y el reposo, la paz después del día, al atardecer. Mirada vigilante, desconfiada, felina: ¿Volverás mañana?